Es el jugador del momento, la aparición de la temporada, la
sorpresa más agradable en el momento más oportuno. Raphäel Varane ha sido la
nota positiva en esta gris temporada que está viviendo el Real Madrid, el
central francés ha hecho que las ausencias de Ramos y Pepe se acusen menos. El
defensa apunta alto, pero en la cúpula madridista no quieren arriesgarse con un
jugador tan joven, en el madridismo aún se recuerdan las negativas experiencias
de defensas como Woodgate, Samuel o Metzelder a pesar de contar con más
experiencia que la promesa en ciernes en la que se ha convertido Varane.
Raphäel Varane es rápido en el corte, en la reacción, asume
riesgos y es potente en el juego aéreo. Su juventud no es sinónimo de
inexperiencia, sabe lo que tiene que hacer en todo momento y no se achica ante
los delanteros de primer nivel. Sin embargo lo mejor de todo es su edad, 19
años que le auguran una gran carrera, un futuro prometedor. El futbolista
francés dio sus primeros pasos profesionales en el Lens, la falta de
experiencia en un puesto tan exigente como el de defensa central le hizo
alternar titularidades con numerosas suplencias. A pesar de todo Varane
demostraba una calidad innata lo que le valió para renovar hasta el año 2015
con el club galo, un contrato que no cumpliría.
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El jugador francés con el Lens, Reuters |
Zinedine Zidane, por aquel entonces consejero de Florentino
Pérez, se encargaba de ojear a las jóvenes promesas de la Ligue 1. ¨Zizou¨ dio
con el central y no lo dudó ni un instante, el chico tenía el potencial para
convertirse en un referente, además, la experiencia de Ramos y Pepe le quitaría
presión al francés para no acusar las exigencias del Real Madrid.
Y el talentoso Varane dio el salto antes de lo esperado,
llegó al Real Madrid y comenzó su adaptación sin apenas hacer ruido. Mourinho,
conocedor de la valía de su nuevo jugador, no le cargó de responsabilidades.
Por delante de Varane estaban Carvalho, Sergio Ramos, Albiol y Pepe, el momento
de Raphäel ya llegaría, las prisas no harían ningún bien al portentoso central.
Y ese momento llegó, nada más y nada menos que frente a uno de los mejores
equipos del mundo.
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Raphäel Varane celebra su primer gol de blanco/ AFP |
En la temporada 2012-2013 el conjunto blanco se enfrentó al
Barcelona en las semifinales de la Copa del Rey, el partido de ida se jugó en
el Santiago Bernabéu. El coliseo blanco sería testigo del bautizo de Varane, el
recomendado de Zidane. Frente a él estaría Pedro, Iniesta, Xavi y por supuesto
Leo Messi. Y aquel fue el momento, el partido con el que los focos se
centrarían en el chico de 19 años y no en Ronaldo o en Messi. Las exigencias
eran máximas, las responsabilidades exigentes, sería la prueba definitiva para
Varane, tenía que demostrar si valía para el equipo de la capital.
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Varane celebra su gol al Baça/ AFP |
Al final del partido el madridismo fue feliz, el empate a un
gol obligaba al Madrid a remontar en el Camp Nou pero aquel enfrentamiento les
había permitido disfrutar de los primeros brillos de su nueva joya: Varane
estuvo descomunal. Dos jugadas fueron claves, el tanto que evitó sobre la misma
línea de portería, y el gol que firmó con un espléndido cabezazo para firmar el
1-1.
El mundo descubrió a un jugador que ya había demostrado parte
de su nivel, ante el Barcelona demostró hasta donde podía llegar. Tras esa gran
actuación las exigencias aumentarán, el fallo no será una opción. Todo será más
difícil para un adolescente que sabe lo que es vivir rápido. Mourinho le
alternará, le dejará crecer. En el madridismo saben que tienen un diamante en
bruto, pero también saben que piano piano se va lontano.
Pablo Hoz Villanueva
@pablohozv
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