Los meses de verano llegan a su fin y en el ambiente ya se
nota el nerviosismo ante el inminente arranque de las principales competiciones
del mundo del fútbol. Durante esta pretemporada la falta de noticias han hecho
que los diarios y medios de comunicación se centren en un debate sin sentido,
la autoridad del futbolista. La llegada del Tata a Can Barça ha desatado las
opiniones sobre el poder de mando de Leo Messi, la salida de Mourinho de Madrid
apuntó como responsables a los pesos pesados del vestuario blanco. Todo este
debate se centra en el poder que pueden llegar a tener los futbolistas, según
Sócrates es un derecho de los jugadores que deben tener la misma voz y voto en
el vestuario de un club.
Sócrates de Souza Vieira nació en Brasil y a diferencia de
otras estrellas del balompié su llegada a los terrenos de juego no fue una
cuestión de vida o muerte. La familia de Sócrates era clara, el chico debía
labrarse el futuro con una profesión digna y aunque las cualidades físicas del
brasileño eran evidentes sus inquietudes intelectuales también influyeron
durante su vida hasta que ambas terminaron por encontrarse sobre los terrenos
de juego. Sócrates acabó la carrera de medicina pero su talento también le
llevó a jugar en diversos equipos de fútbol: Botafogo, Corinthians, Flamengo o
Santos en su país natal, por el que tanto luchó. La aventura en la Fiorentina
italiana no fue gratificante a pesar de las facilidades que le ofrecían desde
el país transalpino pero Sócrates no quería estar lejos de su Brasil, desde
Italia no podía luchar por la libertad de su país que sufría bajo la dictadura
de Figueiredo.
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Sócrates, el pensador del fútbol brasileño |
En su carrera como futbolista Sócrates destacó por su poderío
físico, su metro noventa de estatura le permitía llevar la batuta de su equipo
desde el mediocampo. A pesar de su corpulencia ¨El Doctor¨ no estaba exento de
calidad, organizaba el juego con sus pases precisos, se asociaba desde la banda
buscando la pared con el compañero y con su zancada se asomaba al balcón del
área para probar suerte con su potente chut. Gracias a esto consiguió marcar 25
goles en sus 63 internacionalidades con la ¨Seleçao¨
o levantar el trofeo a máximo goleador con el Botafogo al cosechar 15 goles en
el Paulista de 1976. Sus cualidades le valieron para alzar tres ligas paulistas
con el Corinthians y un carioca con el Flamengo. Sin embargo, su mayor logro
para el fútbol brasileño, y su sociedad en general, no tendría que ver con sus
títulos deportivos.
A su país lo representó en el Mundial de España en 1982,
aquella selección brasileña, dirigida desde el banquillo por Tele Santana y
desde el campo por Sócrates, Zico y Falcao se quedó sin premio. Su juego
maravilloso, el origen del ¨Joga Bonito¨,
no fueron suficientes para llegar a las semifinales de aquel Mundial. Italia
les apeó de la Copa del Mundo tras un doloroso 3-2 pero Sócrates, con su calma
habitual, dio su punto de vista: ¨Mala
suerte y peor para el fútbol¨.
Pero como decíamos Sócrates no solo representó a su país
sobre el verde de los estadios, su compromiso político era muy arraigado,
erudito y pensador Sócrates siempre buscó la democracia para su país. A pesar
de las insistencias del presidente Lula ¨El Doctor¨ nunca se involucró
directamente pero su mayor aporte político llegó, como no podía ser de otra
forma, desde un terreno de juego. Cansado ya de la dictadura militar Sócrates junto
a Wladimir, Casagrande, y Adilson Monteiro, el entonces director deportivo del
Corinthians, decidieron crear un curioso sistema de democracia en el ¨O Timao¨.
"Lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder".
Así llegó la democracia al seno del club brasileño, desde los
jugadores al cuerpo técnico y pasando por el último empleado del equipo, así se
tomaban las decisiones en el Corinthians. Los debates del vestuario servían para
elegir la alineación, los fichajes, despidos y horarios de entrenamientos, la
opinión mayoritaria era la que se implantaba teniendo el mismo valor la opinión
del entrenador que la de cualquier otro empleado. El movimiento revolucionario
del Corinthians no concluía en el vestuario, la petición de los derechos se
expresaban públicamente ante su afición siendo Sócrates el primero en reclamar
la libertad del pueblo brasileño. Nacía así, en 1982, la ¨Democracia
Corinthiana¨ el primer movimiento revolucionario de un equipo de fútbol que
sirvió de ejemplo para un país que estaba encadenado. Ese fue el mayor éxito de
Sócrates, acabar con las cadenas que reprimían a los brasileños con un balón en
los pies.
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¨Se puede ganar o perder pero siempre con democracia¨ |
Con el desgaste de los años Sócrates dejó el fútbol, su vena
artística le llevó a sacar dos discos, pintar cuadros e incluso escribir una
obra teatral: ¨Fútbol¨.
Su lucha por las libertades de los brasileños concluiría a
los 57 años cuando una bacteria intestinal acabó con su vida, probablemente
debido a sus excesos con el alcohol y el tabaco. Aún así vivió para poder
disfrutar de su mayor triunfo, su país ya era libre, habían ganado y lo más
importante de todo ¨con democracia¨.
Pablo Hoz Villanueva
@pablohozv
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