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viernes, 6 de diciembre de 2013

Como en los viejos tiempos (parte uno)



La liga española ha llegado a un punto en el que la emoción la ponen los equipos de abajo, saber quiénes son los desafortunados que descienden, quiénes pasarán de codearse con los mejores a jugar en segunda división. La guerra por la permanencia es la que está apretada mientras que el título solo puede caer en manos de dos, por mucho que el Atleti se empeñe en pelear con sus vecinos y el Barça. En esta liga de las desigualdades, la irrupción de equipos como el Athletic Club o la Real Sociedad suponen un soplo de aire fresco, una ventana que se abre y permite ventilar el oscuro y empolvado sótano de Tebas, presidente de la liga, quien insiste en vender la competición como la mejor del mundo. Por suerte, como decíamos, aún existen rayos de esperanza que se cuelan por la rendija de esa ventana, esperanza en forma de un Athletic que va a más y vence al Barcelona o una Real Sociedad que se pasea por Europa aunque con un amargo desenlace. Por un momento volvemos a los años 80 cuando los equipos vascos se imponían al resto, cuando el título coqueteaba con varios aspirantes. Cuando la liga sí podía presumir de ser la mejor liga del mundo.

Temporada 80-81

La temporada de 1980 contaba con dos aspirantes claros, el Barça y el Atleti, sin embargo los catalanes se vinieron abajo cuando, el 1 de marzo de 1981 su máximo goleador, ¨El Brujo¨ Quini, es secuestrado. Los rojiblancos también pierden fuellen con el paso de las jornadas. A tres partidos del final de temporada la Real alcanza el liderato, mientras el Madrid termina de noquear al Atleti. El final de liga sería de infarto, los hombres de Ormaetxea se caracterizan por la solidez defensiva, el juego directo y unos extremos profundos que hacen del juego por banda de los vascos un ataque letal. La Real tiene que ganar en el Molinón para ser campeones, el Madrid debe hacer lo mismo contra el Valladolid y esperar que el Sporting derrote al conjunto ¨Txuri Urdin¨. Los blancos ganan y su extremo, Juan Gómez, Juanito, promete ir de rodillas desde el centro del campo hasta los vestuarios si conquistan la liga. En tierras asturianas la Real pierde por 2-1 y la lluvia, junto a un campo embarrado, dificulta el juego de Ormaetxea y los suyos. Cuando Juanito ya empezaba a enfilar el camino al túnel sus compañeros van a avisarle, a 30 segundos para el final del duelo en el Molinón Zamora había logrado firmar el empate.

La Real Sociedad se hizo con el título gracias a la solidez defensiva y la sobriedad y el liderazgo de su guardameta, Arconada, que se convertiría en el zamora de ese año. Periko Alonso era el encargado de sacrificarse por todo el ancho del centro del campo. En el aspecto ofensivo, López Ufarte, desde el extremo, ofrecía velocidad, desborde, un centro preciso y cinco goles que acabaron siendo fundamentales. La punta de lanza la completaba Zamora con gran calidad pero un estilo sobrio, como un asesino que viste de esmoquin. Su gol al Sporting, a falta de medio minuto para el pitido final, le dio el campeonato a los vascos.

Temporada 81-82

La temporada previa al Mundial de España fue muy parecida a la anterior. Mismo campeón, la Real, mismo pichichi, Quini, y mismo Zamora, ¨El Pulpo¨ Arconada. La Real Sociedad, con el mismo plantel, tiene que esperar hasta la jornada 34 para cantar el alirón, con el Athletic como rival (2-1). El Barcelona de Lattek partía como uno de los favoritos pero cosecha 4 derrotas y 2 empates en las últimas 6 jornadas. El entrenador ¨Txuri Urdin¨ cuenta con 13 hombres para ganar el título entre los que destacan el tridente ofensivo compuesto por Satrústegui, el gran rematador Uralde, y el veloz López Ufarte.  


Era una liga en la que se partía con tres o cuatro equipos capaces de alzar el título, donde la esperanza y los sueños por ganar no solo correspondían a dos aficiones. El dinero aún no había adulterado a la liga española y por eso, equipos como la Real, lograron escribir su nombre en la historia del fútbol español. En la segunda parte de esta entrada, correspondiente a las temporadas 82-83 y 83-84, seguiremos recordando viejos tiempos gracias al Athletic de Clemente que cerró la hegemonía de los equipos vascos en España. Unos años en los que las estrellas se repartían por los distintos equipos y el que el único protagonista era el balón.

Pablo Hoz Villanueva
@pablohozv

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