La liga española ha llegado a un punto en el que la emoción
la ponen los equipos de abajo, saber quiénes son los desafortunados que
descienden, quiénes pasarán de codearse con los mejores a jugar en segunda
división. La guerra por la permanencia es la que está apretada mientras que el
título solo puede caer en manos de dos, por mucho que el Atleti se empeñe en
pelear con sus vecinos y el Barça. En esta liga de las desigualdades, la
irrupción de equipos como el Athletic Club o la Real Sociedad suponen un soplo
de aire fresco, una ventana que se abre y permite ventilar el oscuro y
empolvado sótano de Tebas, presidente de la liga, quien insiste en vender la
competición como la mejor del mundo. Por suerte, como decíamos, aún existen
rayos de esperanza que se cuelan por la rendija de esa ventana, esperanza en
forma de un Athletic que va a más y vence al Barcelona o una Real Sociedad que
se pasea por Europa aunque con un amargo desenlace. Por un momento volvemos a
los años 80 cuando los equipos vascos se imponían al resto, cuando el título
coqueteaba con varios aspirantes. Cuando la liga sí podía presumir de ser la mejor
liga del mundo.
Temporada 80-81
La temporada de 1980 contaba con dos aspirantes claros, el Barça y el Atleti, sin embargo los
catalanes se vinieron abajo cuando, el 1 de marzo de 1981 su máximo goleador, ¨El
Brujo¨ Quini, es secuestrado. Los rojiblancos también pierden fuellen
con el paso de las jornadas. A tres partidos del final de temporada la Real alcanza el liderato, mientras
el Madrid termina de noquear al Atleti. El final de liga sería de infarto, los
hombres de Ormaetxea se caracterizan
por la solidez defensiva, el juego directo y unos extremos profundos que hacen
del juego por banda de los vascos un ataque letal. La Real tiene que ganar en
el Molinón para ser campeones, el Madrid debe hacer lo mismo contra el
Valladolid y esperar que el Sporting derrote al conjunto ¨Txuri Urdin¨. Los blancos ganan y su extremo, Juan Gómez, Juanito, promete ir de rodillas desde el centro del
campo hasta los vestuarios si conquistan la liga. En tierras asturianas la Real
pierde por 2-1 y la lluvia, junto a un campo embarrado, dificulta el juego de
Ormaetxea y los suyos. Cuando Juanito ya empezaba a enfilar el camino al túnel
sus compañeros van a avisarle, a 30 segundos para el final del duelo en el
Molinón Zamora había logrado firmar
el empate.
La Real Sociedad se hizo con el título gracias a la solidez
defensiva y la sobriedad y el liderazgo de su guardameta, Arconada, que se convertiría en el zamora de ese año. Periko Alonso era el encargado de
sacrificarse por todo el ancho del centro del campo. En el aspecto ofensivo, López Ufarte, desde el extremo, ofrecía
velocidad, desborde, un centro preciso y cinco goles que acabaron siendo
fundamentales. La punta de lanza la completaba Zamora con gran calidad pero un estilo sobrio, como un asesino que
viste de esmoquin. Su gol al Sporting, a falta de medio minuto para el pitido
final, le dio el campeonato a los vascos.
Temporada 81-82
La temporada previa al Mundial
de España fue muy parecida a la anterior. Mismo campeón, la Real, mismo pichichi, Quini, y mismo Zamora, ¨El Pulpo¨
Arconada. La Real Sociedad, con el mismo plantel, tiene que esperar hasta
la jornada 34 para cantar el alirón, con el Athletic como rival (2-1). El Barcelona de Lattek partía como uno
de los favoritos pero cosecha 4 derrotas y 2 empates en las últimas 6 jornadas.
El entrenador ¨Txuri Urdin¨ cuenta
con 13 hombres para ganar el título entre los que destacan el tridente ofensivo
compuesto por Satrústegui, el gran
rematador Uralde, y el veloz López Ufarte.
Era una liga en la que se partía con tres o cuatro equipos
capaces de alzar el título, donde la esperanza y los sueños por ganar no solo
correspondían a dos aficiones. El dinero aún no había adulterado a la liga
española y por eso, equipos como la Real, lograron escribir su nombre en la
historia del fútbol español. En la segunda parte de esta entrada,
correspondiente a las temporadas 82-83 y 83-84, seguiremos recordando viejos
tiempos gracias al Athletic de Clemente que cerró la hegemonía de los equipos
vascos en España. Unos años en los que las estrellas se repartían por los
distintos equipos y el que el único protagonista era el balón.
@pablohozv
Pablo Hoz Villanueva
0 comentarios:
Publicar un comentario